2009-05-19 15:37:42
EL Y ELLAPor
isabel_50________________________________________
EL Y ELLA
El:
Desgarra el alma compañera, aturdido por éste sudor
ya dejé a un lado los sueños, ya dejé a un lado el valor
Con mi sangre pinté el mar, las dudas mojaron mi piel
¿Fue el alcohol o mis heridas?, ¿fue el amor o fue la vida?
Ya, nada espero princesa, de tu amor me llevo la miel
Sólo espero, sólo quiero... Dime, ¿qué te hizo ser infiel?
Ella:
No alivio ya mis pesares, ya no duermo en mi agonía,
No comprendo y no comprendes, no perdonas si no entiendes
que más que yo te quería nadie en éste mundo fue.
Más no sólo cambié el cielo por amarte cada día,
Ya me cansé de arrancar el muérdago a sangre fría
para que vuelva a brotar con más fuerza todavía.
Hubo de quedarse vieja la rueca que hilaba alegrías.
El:
No es la vida sino un beso que muere en tus finos labios,
No es tu voz sino la lluvia que enhebra mi calendario,
¿Qué es tu amor sino el filón que afana el viento de galerna?
¿Qué soy yo sino el resquicio de luz entre la ginesta?
Tuvimos todo y tenemos nada, más ¡qué sólo está el jergón!
Entre solana y umbría a rastras iré con mi bordón.
Ella:
No te vayas, aún te amo, deja que borde otra vez,
que bajo el pardo sayal, la lana cede a tu merced,
No quiero verme sin ti, pero no quiero tenerte,
¿Quién pudiera sino uncir el repicar que hay en mi mente?
No puedo más que rogar que perdones mi osadía,
Sólo tú puedes cambiar la oscuridad de mis días.
El:
En la braña mi destino, tus besos en el olvido.
No le pidas compasión a un animal malherido
que no puede escuchar más que el sonido de su alarido.
Se apagó el velón y el aldabón ya no suena en mi puerta.
Olvida nuestros pasos, el amor viene y va por su cuenta.
Ella:
Hielo en el arcón de los recuerdos, crece la espadaña
apuñalando el corazón tardío que florecía en la calma,
Siento el estallido del grisú que acumuló mi alma
haciendo pedazos tu nombre y el mío en mis entrañas.
El:
Lloro a solas aún siempre que recuerdo nuestra historia,
Fruto del orgullo ufano que ronda por la memoria,
Como un fuego fatuo surge del sarmiento con su fobia
Y en tu ropa el aljófar me trae momentos de gloria.
Sabes que aún te amo y que nunca pude olvidar tus besos,
Sí, salté al vacío como lo hace el rocío por tu pecho,
Reniego a vivir sin ti, me entrego a la muerte en mi lecho.
Ella:
Vivo en el pasado, viajo con el viento de poniente,
Buscando un lugar donde no duela el tiempo sin tenerte
Perdí la razón y lo admití, ya nada me importaba
No quise vivir en el presente si tú ya no estabas.
Ahora vivo muerta y he enloquecido para la gente,
¡Qué sabrán ellos de amor si nunca les tocó el corazón!