Sin amor la vida es incierta y frágil
Soy un Médico Colombiano, romántico, sentimental, amante de viajar y de la buena mesa. En los ratos de bohemia toco la guitarra y canto canciones viejas engarzadas en el tiempo que tienen sabor de inercia y que pacientemente estoy hilvanando en la vejez. Tengo una filosofía amplia, descompilado, abierta y extrovertida.
Estoy separado hace 33 años y vivo solo en una bella ciudad de California (EE.UU.) repasando el calendario de mis recuerdos, desde cuándo se cosieron a mi alma, aquellos momentos de sueños efímeros, que se perdieron en mi lejana juventud.- En los ratos de bohemia, toco la guitarra y canto esas canciones viejas que sacuden la nostalgia cuando al abrirles una fisura en su interior, se vierten al calor de un buen vino, dejando que el murmullo de algún río se las lleve lentamente hasta el umbral de las ilusiones perdidas, para entierrarlas en el rosal del ocaso.
Mi fascinación es viajar y tener contacto con la naturaleza y con los animales, especialmente el perro y el caballo, porque en ellos encuentro la lealtad para cercenar la desconfianza y la fuerza para seguir soñando en ese jardín de ilusiones con que me estoy arropando en la penumbra de la vida. Mi gran ilusión es encontrar una compañera más o menos del mismo talante filosófico y saborear hasta el máximo el aroma dulce de la compañía hasta el final del ocaso, gozando los años dorados de la vida y viajar hasta cuando la penumbra de la existencia se apague y nos señale el final inexorable de la existencia. Pienso que la felicidad de la vida es una oportunidad que no se puede dejar pasar por el prurito miedoso del "qué dirán". Mi juventud la gasté con ese temor y hoy reconozco que fue un error pero ya están casi apagadas todas las esperanzas.
Soy de buen humor, vigoroso y deseoso de encontrar a una dama sin compromisos sentimentales, económicos, familiares, estrato 4-5-6 para sentarme con ella bajo las ramas verdes de un árbol solitario y contarle mi vida; enterrar mi pasado con todas sus raíces y coser con las hebras hilvanadas de amor los retazos de esperanzas que aún me quedan zurciendo el renacimiento frondoso de nuevas ilusiones que me hagan feliz como recompensa a las infamias de amor que he sufrido.
Que le guste viajar y saborear una copa de vino ocasionalmente.- Que el murmullo del agua a la orilla de un rio y el arpegio de una guitarra a la luz de la luna tachonada de estrellas, lo escuchemos con ternura engarzando con delirio las caricias eternas de la primavera hasta sentir más fervor en la pasión.- Que brote por sus poros el torrente de amor escondido y que su poder decisorio sea radical para aceptarme como soy.- Voy buscando a “zancadas” a esa Matrona que me haga feliz, porque el tiempo no se pueden congelar como témpanos de hielo para esperar siendo que se nos hizo tarde para empezar temprano.- Si quieres conocerme en fotos, te las enviaré a través de tu correo personal.